Llevo muchos años con este hobbie y cada dia admiro mas a estos pequeños animales. Por eso he querido crear este blog para contar mis experiencias con estos asombrosos seres, y compartir tambien las experiencias de amigos, clubes, concursos de sueltas, y curiosidades sobre las palomas mensajeras.
martes, 22 de julio de 2014
EL APAREAMIENTO Y LA FAMILIA
Para todos los rasgos únicos de una campeona, la vida comienza como la de cualquier otra paloma. Los días largos de la primavera despiertan las hormonas de los machos y las hembras. La rutina del cortejo de las palomas son marcados por un nivel de amor y de dedicación vistos en pocos otros pájaros. Los machos con su arrogancia tratan de impresionar a cualquier hembra que los escuche. El arrullo o currucuteo melodioso profundo sale de la garganta de los machos al inflar sus buches. Para cada macho que se luce hay una hembra tímida. Y mientras que al principio las hembras ignoran al macho que las corteja, tarde o temprano una paloma caerá. El humor cambia, el macho finge espulgarse, la hembra hace lo mismo. Al acercarse juntos uno del otro, intercambian un primer beso. El amor y la química de este momento son importantes, la atracción mutua es vital, porque estas dos palomas permanecerán por siempre juntas, al menos que el colombófilo las separe o una de las dos muera. La naturaleza ha hecho que las palomas se amen de por vida.
Como muchos pájaros, las palomas son gregarias. Un palomar de cría moderno parece un pequeño complejo de apartamentos. Pero la naturaleza gregaria de las palomas no incluye su propio nidal. Nada es más importante que ese pequeño pedazo de propiedad al que ellas ven como su casa. Las palomas lucharán casi a muerte para defender este espacio. Éste es el lugar en el que el macho llamará a su compañera para anidarse. Mientras que el arrullo o currucuteo se oye por todo el palomar, y estos pájaros de la paz también comienzan cariñosamente a mandarse mensajes uno al otro suavemente abriendo y cerrando los picos, y acariciándose en la cabeza.
Una semana después de su primer beso la hembra se retirará a anidarse para esperar el primer huevo. Ella no se echara en el primer huevo hasta que ponga el segundo, dos días después del primero. Como una semilla sin el suelo o la humedad la chispa de la vida en el huevo comenzará solamente a 82 grados. Las palomas por instinto saben que tienen que esperar sin echarse al poner su primer huevo y después comienzan a incubar ambos huevos juntos, de esta forma los pichones nacerán unas cuantas horas de diferencia uno del otro. Esto significa que el pichón en el primer huevo no será más fuerte o más viejo que el otro. Esto les da una oportunidad igual de sobrevivir. Ahora vienen dos semanas pacíficas en las vidas de la pareja. Ambos macho y hembra tomaran turnos para incubar los huevos, la hembra en la noche y el macho en el día.
Al acercarse el día 17 el pichón comienza a moverse dentro del huevo, y con la ayuda del pico, él circunda el interior del cascarón con una línea de grietas. Una vez debilitada la tapa de la orilla del huevo donde esta la cabeza del pichón, se produce un gran empuje final del pichoncito para salir. Puede tomar un día para que el pichón salga del huevo. Naciendo dentro de pocas horas uno del otro, el pichón que nace primero a veces ayuda a su agotado compañero de nido quitando la cáscara de su cabeza. Sus ojos están cerrados y sin la ayuda de sus padres están desamparados. Este proceso de la natalidad ocurre debajo del pecho caliente de sus padres, y después de un período de descanso, una cabecita pequeña empieza a tambalearse hacia arriba para su primer comida.
Como pocos otros pájaros en el mundo, ambos padres desarrollan una secreción lechosa dentro de sus buches. Por los primeros cinco días de vida de los pichoncitos esta leche rica de la paloma así llamada alimentará los pichoncitos. En tres días abrirán sus ojos, su peso corporal se doblara. En una semana aparecerán los primeros cañoncitos o plumas y de nuevo habrán ganado peso otra vez rápidamente. Ahora pesan cinco veces más que cuando nacieron. El tamaño de los pichones en siete días es el equivalente al de un bebé humano de tres años. Antes de que crezcan demasiado se les pone un anillo de aluminio forrado con plástico. Deslizándolo dentro de su patita minúscula este anillo de registro lleva el año que nacieron, el club en el que ellos competirán y un número de identificación que pertenece a esa paloma solamente. Ninguna paloma puede competir sin este anillo.
En dos semanas de vida comienzan a aletear y a gritar. Esto es el porque reciben su apodo de “Gritones”. Hacen ruido constantemente cuando es hora de la comida. Cuando sean maduros, estas palomas tendrán casi 10.000 plumas. Ninguna más importante que las plumas de vuelo que componen el ala de la paloma.
Entre la segunda y tercera semana, los pichones experimentan otro arranque de crecimiento. Están listos ahora para la transición del cuidado parental a una vida ellos solos. Se considera que un pichón esta listo para dejar el nido cuando el crecimiento de las plumas debajo de sus alas cubre la ultima porción de piel. Por tres semanas los pichones han comido, dormido y aparte del día que se les puso su anillo han tenido poco contacto con el colombófilo. Ahora en aproximadamente 28 días es tiempo para un cambio. Aquí es donde comienzan a aprender que una meta es evidente, volver a casa lo más rápidamente posible. Tienen que aprender cómo comer y beber solos. A diferencia de muchos pájaros, las palomas beben el agua como un caballo. Fuera del nido y en el piso es donde el pichón comienza a anotar todo alrededor de el y a absorber todos los sucesos en su palomar. Con las últimas plumas suaves (pelitos) en ellos se colocan en la rampa de los palomares para que vean todos sus alrededores. Las palomas imprimen de alguna manera las localizaciones del hogar. Una parte de su entrenamiento para esto es ver, oír y oler el mundo exterior y ver el cielo abierto. El paso siguiente es aprender a volar.
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