Siempre
se dice que “la colombofilia es un arte” y esto es sin duda cierto; y
existen colombófilos “artistas” que cuidan hasta el más mínimo detalle
de su colonia intentando no dejar nada al azar, o al menos el menor
número de circunstancias posibles y que hacen que algo complejo como
nuestro deporte parezca algo sencillo y fácil de practicar. Estos
colombófilos que se caracterizan por su regularidad año tras año en
los primeros puestos de las clasificaciones, parecen tener algún
secreto o misterio que no revelan a nadie y que les hace ser superiores.
Y nada más alejado de la realidad, la única diferencia entre ellos y
los demás suele ser el esmerado trabajo que desarrollan en el palomar
cuidando hasta el más mínimo de los detalles,
cosas que a ojos de los demás no parecen importantes, y que si las
analizamos detenidamente pueden tener y de hecho tienen suma importancia
en el resultado final. Vamos a poner algunos ejemplos de esto:
a) El día del baño.- Parece en
un principio que si se pone el baño a disposición de la paloma no
tendría que tener mucha importancia el día en que esto se realizara,
siempre y cuando se hiciese una o dos veces por semana. Pues bien, si
consideramos que durante el baño la paloma elimina la grasa que le
impermeabiliza la pluma, grasa que se encuentra en la glándula que el
ave posee en la rabadilla, muy próxima al comienzo de la cola, Podemos
considerar que tras el baño y durante dos o tres días la paloma estará y
de hecho está menos impermeabilizada que trascurrido este tiempo, pues
las secreciones de esta glándula son limitadas y aunque después de un
relajante baño la paloma atuse su plumaje durante largo rato, no es
capaz de producir toda la grasa que necesitaría para una perfecta
impermeabilización, por lo que si uno o dos días después la enviamos a
un concurso en el que deba atravesar zonas de lluvias persistentes (como
nos pasa frecuentemente en Asturias) o será salpicada por el oleaje
marítimo al volar cerca de la superficie del mar como tengo entendido
que ocurre con las palomas que vuelan sobre este, estas palomas que
carecen de una impermeabilización adecuada se emparan primero que las
demás, por tanto pesarán más y deberán desarrollar un mayor gasto de
energía para cubrir el mismo trayecto, agotándose primero, con el
problema que esto puede suponer, sobre todo para un ave que vuela sobre
el mar.
Así
pues parece razonable durante la campaña de concursos ofrecer el baño
al principio de la semana para que el organismo de la paloma tenga
tiempo de segregar la suficiente grasa que le ofrezca una perfecta
impermeabilización el día del concurso.
b) El
aporte de grit.- Con el grit, como sucede en la ración de comida, las
palomas suelen demostrar preferencia por unos u otros componentes. Yo en
concreto he notado que el día que les renuevo el suministro de grit (lo
cual suele ser una vez por semana) la mayoría de las palomas acuden
prestas a picar y devorar aquellos guijarros que les resultan por el
motivo que sea más sabrosos (en mi caso suelen se las pequeñas
piedrecillas rojas) hasta el punto de que al día siguiente de haberles
renovado el grit, la mayoría de los excrementos muestran un tono rojizo,
debido a la gran ingesta de este material. Hasta aquí, el colombófilo
que no sea detallista no habrá notado ninguna particularidad en el tema,
pero supongamos que en vez de renovar los grits los lunes o martes,
como suelo hacer, lo hiciese uno o dos días antes del concurso semanal.
Las palomas acudirían como siempre a deleitarse con los componentes que
les resultan más apetitosos y que tanto necesitan para un buen
funcionamiento de su organismo; pero estos granos que les son realmente
beneficiosos, administrados a destiempo se convierten en un lastre para
el vuelo. Para que esto se vea con más claridad, supongamos que una
paloma que pesa aproximadamente 450 gramos consume antes de un concurso
20 gramos de grit, sería lo mismo que si un corredor humano de 80 kilos
de peso saliese a la pista con una mochila cargada con 5’55 kilos de
peso. ¿A algún deportista de élite se le ocurriría alguna vez hacer esto
por ejemplo en una olimpiada?, a que no; pues bien, nosotros
inconscientemente podemos hacerlo en ocasiones con nuestras queridas
palomas.
c) La
ración alimenticia.- Un aspecto que cuidará el “artista colombófilo” es
el tema de la alimentación, tema capital a la hora del triunfo en
colombofilia, que parece muy difícil pero que no debe suponer un
hamdicap para el colombófilo que utilice el sentido común en su palomar. En
Asturias, tememos predilección por las comidas saturadas de grasas e
hidratos de carbono, pues el clima nos obliga a ingerir un elevado
numero que calorías (esta es una adaptación a el medio), sin embargo
después de un esfuerzo continuado no se nos ocurriría comernos una
“fabada”.
De
igual modo, la paloma a su regreso de un concurso necesita una dieta
depurativa que la ayude a recuperar su ritmo intestinal, aumentando
progresivamente el aporte energético a medida que se aproxima el
concurso.
d) La
caída de la primera pluma.- Este es un periodo crítico para la paloma.
La primera remera se cae y este echo desencadena una serie de cambios
metabólicos y hormonales en el animal que lo hacen pasar por un periodo
de crisis y bajada del rendimiento. Quizas en los vuelos de
entrenamiento alrededor del palomar no lo notemos, pues su duración es
como mucho de una hora, pero cuando la obligamos a volar durante 4 – 6 –
8 o más horas, un problema pequeño puede resultar un inconveniente
insalvable.
Todos
hemos visto como deportistas de élite en fútbol, ciclismo o cualquier
otro deporte se veían obligados a retirarse de la competición por un
problema de gastroenteritis o similar, problemas que en condiciones
normales le permitirían hacer vida normal, pero que en una situación tan
exigente le incapacitan para rendir lo necesario. Y cuando un ciclista
abandona una carrera entra en el “coche escoba” y este lo lleva para el
Hotel de concentración del equipo. Sin embargo, cuando una paloma se ve
impedida por cualquier circunstancia para seguir, no hay “coche escoba”.
Con mucha suerte logrará reponerse y regresar en unos días, pero lo más
probable es que se pierda irremediablemente.
No
todas las palomas que tiran la primer pluma se pierden, pero desde
luego es difícil que realicen una buena carrera y el riesgo de perderla
no suele compensar el mediocre resultado en caso de que regrese.
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